En nuestra casa el pollo, tiene un sitio preferente en el congelador, siempre tengo varias pechugas congeladas, listas para preparar de varias maneras.
Me encanta la mezcla de salado y dulce, será por esa razón, que los platos asiáticos, orientales etc, me atraen tanto.
Como habíamos comprado una piña y no era todo lo dulce que hubiésemos querido, tomé la decisión de preparar este rico plato.
Os explico como lo hago yo en casa.
2 Pechugas de Pollo.
2 Rodajas de Piña Natural.
3 C/S de Aceite de oliva de 0’4º.
3 C/S de Salsa de Soja.
1 Sobre de Salsa Kétchup.
3 C/S Vinagre de Manzana.
1 C/P de Maizena.
2 C/S de Azúcar Morena.
Sal al gusto.
1 Puñado de cacahuetes al gusto (opcional).
Limpiar las pechugas de pollo bien, lavar y secar con papel cocina, partir en trozos de bocado.
Partir y trocear la piña.
Poner una sartén al fuego con 3 cucharadas de aceite y dorar el pollo y añadirle la sal al gusto, dorar los cacahuetes y reservar en un plato.
Añadir 1 cucharada de aceite más a la sartén y dorar los trozos de piña.
Mezclar el pollo, los cacahuetes y la piña en la sartén y reservar.
En un cuenco o bol disolver, medio vaso de agua, y la cucharada de postre de maizena, mezclar y añadir vinagre de manzana como 3 cucharadas grandes soperas mezclar y añadir las 3 cucharadas soperas de salsa de soja y el sobre de kétchup, junto con 2 cucharadas soperas de azúcar morena, mezclarlo todo bien y ponerlo en un cazo a fuego lento a calentar hasta que se forme una salsa suave, esperar que vaya espesando y comprobar, si os gusta más fuerte de sabor de soja, o de vinagre o de azúcar, cuando la salsa esté a vuestro gusto, añadirlo sobre el pollo y la piña, que ya tenemos dorado, mezclar todo y cocinar a fuego lento un par de minutos.
Esta receta depende mucho de vuestro paladar, hay en casas, donde les gusta más suave y en otras más fuerte, mezclar y servir acompañado de arroz blanco o basmati.